Es un día especialmente triste para mí, pues me recuerda esos tediosos y traumáticos trece años que viví escapando al lavado cerebral por parte de esos delesnables sujetos de las escuelaz pías, en ese centro de reformación educativa conocido como Instituto Calasanz, ubicado en el villeramente cheto barrio de Caballito, en medio de la fatídica Buenos Aires. Y es a esa educación católica en una escuela sólo para varones a la que debo culpar, o agradecer, por haberme vuelto medio gay y completamente ateo (aunque a veces me gusta decir que soy panteísta, de puro excéntrico que soy).
No obstante, aunque pueda parecer que hoy sólo podría querer quejarme y despotricar contra el mundo y mi detestable pasado, no, lo que voy a hacer en esta ocación es todo lo contrario, compartir con todos ustedes la alegría de haber encontrado la luz. Así es, puesto que aunque alguna vez me he engañado a mi mismo diciéndome ateo, siempre supe que había 'algo más', simpre busqué secretamente una espiritualidad, una religiosidad, que logre llenar mis expectativas metafísicas y epistemológicas, satisfacer mi alma y aplacar mi líbido. Y la encontré. Por fin he encontrado la única y verdadera verdad sobre Dios, la posta, la justa, y no sería una buena persona, un digno seguidor de su tallarinesca deidad, si no les predicara su palabra. La auténtica fe a la que me he convertido, sin más preámbulos, es:
El Pastafarismo!
Así es, mis hermanos, he sido tocado por su apéndice tallarinesco, y he visto la verdad. No he dejado de ser un haruista en lo más mínimo, claro, pues ambas religiones son coherentemente capaces de coexistir (es algo obvio para cualquiera con sentido común, que Haruhi no es más que una de los tantos profetas que han sido iluminados por el Monstruo de Espagueti Volador para traernos la verdad al mundo). Pero claro, seguramente muchos estarán viendome con recelo, confundidos aun quizá por falsas creencias como el ridículo cristianismo, o irracionales ideas como la fe en la ciencia (sólo se podrá confiar completamente en la ciencia cuando alguien se atreva a demostrar empiricamente el fundamento de la cuarta ley de la filosofía, es decir, de que todo tenga que tener fundamento), así que les dejaré unos links para que se cultiven al respecto y adopten, como yo, la auténtica fe que satisface todas las necesidades espirituales, metafísicas, libidinales y epistemológicas del ser:
Compartiré aquí algunos extractos de la doctrina, para que puedan empezar a emparse con la sabiduría pirata del espagueti:
* El universo fue creado por un Monstruo de Espagueti Volador invisible e indetectable. Todas las evidencias que «erróneamente» apoyan la evolución han sido «plantadas» intencionadamente por este ser.
* Aunque el MEV posee un nombre, éste es tan hermoso y difícil de pronunciar que no sólo mata a quienquiera que lo intente, sino también a todo ser dentro de un radio de 6,0534 kilómetros. Este radio se duplica cuando uno trata de escribir o mecanografiar Su nombre. Esto fue hecho apropósito por el MEV sólo para entretenerse.
* El calentamiento global, los terremotos, los huracanes y otros desastres naturales son consecuencia directa de que desde los años 1800 ha disminuido el número de piratas.
* Las oraciones a «Él» deben terminar siempre con la palabra «RAmén».
* El monstruo continúa guiando invisiblemente la conducta de cada ser humano (creyente o no) por medio de Sus «apéndices tallarinescos».
* Los pastafaris visten completamente con atuendo de pirata.
Y hasta aquí llega este revelador post. Les hablaría también sobre el Unicornio Rosa Invisible, pero no quiero sonar verborrágicamente politeísta, así que me despido cordialmente, y que el Monstruo de Espagueti Volador los bendiga!
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